Reparto: Levan Gelbakhiani, Bachi Valishvili, Ana Javakishvili
Director: Levan Akin
Género: Drama
Año: 2019
Clasificación: R
Duración: 1h 53m
Sinopsis: «Una apasionante historia de crecimiento situada dentro de los conservadores confines de una moderna Tbilisi, el filme sigue a Merab, un bailarín competitivo quien se desequilibra con la llegada de Irakli, un nuevo bailarín con actitudes rebeldes.» (IMDb)
Cuando la película “And Then We Danced” se estrenó en Georgia, su país de origen, líderes de movimientos conservadores se alzaron en su contra debido a que, según ellos, el romance entre dos bailarines iba en contra los valores del país y el cristianismo. Ante las amenazas el director, Levan Akin, dijo que “era absurdo que las personas que compraron su entrada tengan que ser valientes y estar en riesgo de ser atacadas solo por ver la película. Hice este filme con amor y compasión”. El día del estreno, el Ministerio del Interior de Georgia movilizó a patrullas de policías para que resguardaran los teatros que iban a exhibir el filme, cientos de personas se presentaron a protestar el estreno y dos fueron arrestados.
Este drama enmarca la historia de Merab (Levan Gelbakhiani), un joven bailarín de la Compañía Nacional de Danza de Georgia, que se especializa en el baile tradicional del país. Él lidia con las constantes críticas de su profesor que nunca está conforme con su desempeño, pero se encuentra determinado en mejorar sus movimientos. Durante un ensayo, llega un chico nuevo, Irakli (Bachi Valishvili), quien demuestra una técnica más adecuada y se alza como una posible competencia. Con el anuncio de una importante audición, Merab comienza a ensayar más temprano junto al bailarín nuevo y, poco a poco, despierta un interés romántico hacia Irakli, que lo lleva a explorar un nuevo aspecto de su identidad.
Levan Gelbakhiani actúa con naturalidad la tozudez y determinación del protagonista para alcanzar la extenuante técnica del baile, el cual requiere una disposición estatuesca, dura y militar del ejecutante. La gran crítica que recibe Merab es la delicadez en sus movimientos, los cuales no son compatibles con la tradición de la danza. Este reparo es una de las primeras introducciones a la conservadora cultura que lo rodea en Georgia, junto a los rumores de un ataque homofóbico que sufrió otro bailarín. Con su mirada añorante y su auto restricción, Levan nos demuestra cómo vive el impulso dentro del protagonista, el cual se esconde a primeras, pero no puede evitar acortar todas las distancias que existe con el objeto de sus deseos.
Esta insondable atracción sólo permite mostrarse en frente de otras personas cuando bailan, el rostro de Merab no puede contener su estado de infatuación y la cámara muestra la sonrisa que no pudo camuflar. Gran parte del peso emocional de la película es depositado en las escenas de baile, que podrían utilizar la misma música y coreografía, pero los actores logran inyectar la presión de las expectativas y el vaticinio de un romance. La atracción está íntimamente ligada con las canciones que sirven como parte del proceso de cortejo entre ambos, quienes se dejan encantar por las posibilidades de explorar el beso que podrían compartir con alguien idéntico. Las distintas escenas de danza sirven como hitos de evolución del protagonista que, a medida que la película avanza, no tiene otra opción que demostrar quién es, su liberación queda impresa en todo su cuerpo cuando rodeado de luces parpadeantes baila en una disco gay.

El filme retrata el poder del enamoramiento y el idílico espacio que logran formar lejos del resto, lejos del odio y los prejuicios, ellos se pudieron amar. De igual forma, nos muestra los peligros que se encuentran fuera de la cerca, y nos golpea con la violencia externa, la ignorancia y la desilusión de la alternativa más fácil. “And Then We Danced” demuestra toda su maestría en la escena final, en la que Merab resplandece gracias a la libertad y valentía de su proeza, es cautivante, esplendoroso y emocionante. El final es perfecto y su efecto resonará por días, su vibración no se deja morir.
9/10