Reparto: Dylan O’Brien, Michael Rooker, Ariana Greenblatt, Jessica Henwick, Ellen Hollman, Damien Garvey, Melanie Zanetti, Tasneem Roc, Amali Golden, Dan Ewing
Dirección: Michael Matthews
Género: Aventuras
Clasificación: +13
Duración: 1h 48m
Sinopsis: “Un joven adolescente aprende a sobrevivir en un mundo post apocalíptico repleto de monstruos con la ayuda de un experto cazador.” (Filmaffinity)
Hace unos días atrás, el sábado en la noche, mi pareja me dijo “¿Veamos esta película? Es como las películas malas que me gustan”. Luego de terminar, la sensación no fue la inicial, sino todo lo contrario: había superado completamente nuestras expectativas.
“Amor y Monstruos” se estrenó hace dos semanas en Netflix, luego de varios meses desde su estreno oficial en los cines de Estados Unidos, logrando consolidarse rápidamente en el primer lugar del Top 10 de la plataforma y manteniéndose hasta el día de hoy dentro de ese ranking.
En los últimos años, Netflix se ha transformado en un gigante de la producción audiovisual, presentando permanentemente material propio, como también de otras productoras. Aunque muchas veces los estrenos no sean de gran calidad, en algunas ocasiones nos sorprende con algún título interesante que cumple con las expectativas. En esta última categoría situamos a esta película protagonizada por Dylan O’Brien y dirigida por Michael Matthews.
El largometraje nos plantea una premisa de un mundo post apocalíptico, donde el planeta ahora está dominado por monstruos mutantes. Para justificar este escenario, la película se basa en dos elementos claves de este subgénero cinematográfico: una catástrofe que amenaza la vida en la Tierra y la tecnología humana que en lugar de ayudar, empeora la situación. En un principio, la propuesta no es la más original, pero a lo largo del desarrollo de la cinta vemos que los personajes, las secuencias y los monstruos nos entregan una historia sencilla, entretenida y bien lograda, superando las expectativas y rompiendo algunos prejuicios iniciales.
Uno de los puntos fuertes de la película es el personaje protagonista, Joel Dawson. El actor Dylan O’Brien nos ofrece una actuación que funciona como motor de la aventura, otorgando matices importantes para que la historia se mantenga atractiva y coherente. Podemos ver al personaje en su lado más íntimo, donde se evidencia la soledad e incertidumbre de este mundo monstruoso; como también verlo involucrado en secuencias de acción y tensión que permiten sostener la narrativa y complementar su viaje. Aunque la motivación inicial del protagonista pueda ser tomada como una ridiculez, su obstinación e inocencia de volver a ver a Aimee (su novia antes del apocalipsis) funciona y no decae, logrando que la historia avance y no nos aburra.
Otro punto clave es que Joel Dawson es un héroe común y corriente, es un joven normal, sin complicaciones mayores más que el amor que sigue teniendo por Aimee, logrando que la historia no se transforme en un drama adolescente como otras producciones audiovisuales, sino que en una buena aventura liderada por un joven enamorado. El viaje del héroe realizado por personaje O’Brien es natural y coherente, e incluso al final sigue siendo un hombre común, solo que ahora sabe enfrentar sus miedos.
Es necesario hacer una mención aparte a Boy, el acompañante canino de Joel, debido a su rol fundamental en el transcurso del viaje. Desde un principio Boy conquista el corazón del protagonista, como también el de los espectadores, generando una conexión y empatía única. Un recurso narrativo bien utilizado para darle a Joel un compañero de aventura y un elemento que le da movimiento y continuidad al relato.
El aspecto más destacable de la cinta son los efectos especiales muy bien logrados, que permiten que los monstruos sean verosímiles y coherentes con la historia. Estas criaturas son las que desencadenan la acción y su diseño está tan bien logrado que nos transmiten emociones no solo con su presencia monstruosa, sino que también a través de sus movimientos y gestos. Logran ser el antagonista y complemento necesario de la historia, entregando momentos de tensión y peligro, como también de compasión y amor. Con un bajo presupuesto en comparación con otras propuestas del género, los efectos visuales logrados son increíbles, lo que justifica que haya logrado colarse en la categoría «Mejores efectos especiales» de los Oscar 2021. Eso sí, queda un gusto a poco respecto al protagonismo de estos monstruos, ya que podrían haber tenido más tiempo en pantalla. Predomina la sensación de querer conocer más sobre estas criaturas.
Al enfrentarse a “Amor y Monstruos” es fácil caer en el prejuicio de “otra película adolescente” u “otra película post apocalíptica”, pero a través de un relato sencillo y bien construido, sin pretensiones más allá de entregar una buena producción de aventuras, nos hacen desechar esas pre-concepciones y disfrutar de la historia. A pesar de no tener una premisa tan original, la película logra entregarnos una grata experiencia que incluye monstruos, buenos efectos, un protagonista coherente y consistente, y, además, secuencias cómicas y de acción bien combinadas.
7/10