Reparto: David Stakston, Jonas Strand Gravli, Gísli Örn Garðarsson, Synnøve Macody Lund, Theresa Frostad Eggesbø, Emma Bones, Herman Tømmeraas, Eli Anne Linnestad, Bjørn Sundquist, Henriette Steenstrup, Odd-Magnus Williamson, Ylva Bjørkaas Thedin, Danu Sunth
Creadores: Adam Price, Emilie Lebech Kaae
Género: Drama, Fantasia, Thriller, Acción
Clasificación: +16
Episodios: 12 (2 temporadas)
Plataforma: Netflix
Sinopsis: “Un pequeño pueblo noruego que experimenta inviernos calurosos y violentos aguaceros repentinos, parece dirigirse a un nuevo Ragnarok… Al menos que alguien intervenga a tiempo”. (IMDB)
«Ragnarök» es una producción noruego-danesa, creada como parte del contenido original de Netflix, que cuenta con una temporada disponible desde 2020 y una segunda entrega lanzada recientemente, a fines de mayo. Situada en la ficticia ciudad de Edda, al oeste de Noruega, la serie presenta una propuesta novedosa al trasladar parte de la mitología nórdica al mundo actual, combinando el género de fantasía con el drama familiar, los conflictos juveniles y una épica historia acerca del enfrentamiento entre el bien y el mal, en un contexto donde la contaminación producida por las industrias amenaza tanto al medioambiente como a la salud de los habitantes del lugar.
El relato sigue las vivencias de Magne (David Stakston), un introvertido chico de 17 años que, junto a Turid (Henriette Steenstrup), su madre, y Laurits (Jonas Strand Gravli), su hermano menor, se muda a Edda. Luego de un breve encuentro con un par de personas del pueblo, Magne de a poco comienza a notar ciertos cambios en él, dando inicio a su heroica aventura.
Los hermanos se incorporan a la escuela secundaria local, por lo tanto el protagonista interactúa bastante con Isolde (Ylva Bjørkaas Thedin), su compañera de clase; Erik (Odd-Magnus Williamson), el padre de ella; y Gry (Emma Bones), quien también aporta a su desarrollo como personaje durante esta etapa. A ellos se suman Ran (Synnøve Macody Lund), la directora del colegio; Vidar (Gísli Örn Garðarsson), el empresario de una importante fábrica; Saxa (Theresa Frostad Eggesbø), la chica popular de la escuela; y el admirado Fjor (Herman Tømmeraas). Estos cuatro son miembros de la familia Jutul y las personas más poderosas e influyentes de la localidad, funcionando como los principales antagonistas de la saga. A medida que la serie avanza, el núcleo de personajes centrales se expande un poco más, enriqueciendo la historia.

Cada episodio se enfoca en presentar y desarrollar un elemento o figura perteneciente a la mitología, que es incorporada a la trama de una forma sutil, entretenida y que hace sentido en el contexto moderno; la «leyenda» se conecta con problemas reales que enfrenta la humanidad en el mundo actual, resultando en una experiencia dinámica, refrescante y mucho más cercana para la audiencia. Esto quizás se debe a que se trata de una historia escrita por personas de Escandinavia que, mediante el enfoque antes mencionado, logran interesar al espectador en la mitología nórdica y la profecía de Ragnarök, entregando información más acertada, sin caer en la caricatura o excesiva alegoría con la que normalmente se muestran esos temas, dándole así un «realismo cultural» a la fantasía.
Otro aspecto destacable en la serie es su tono ominoso y sombrío, que se mantiene presente de manera constante. Si bien hay interacciones entre adolescentes, y de vez en cuando algo de humor, tanto las historias secundarias como el conflicto central se conectan con temáticas no tan «alegres», que incluso permiten reflexionar. Al mismo tiempo existe una sensación de amenaza inminente, lo que aporta tensión e intensidad al relato en la justa medida.

En general, los adolescentes son retratados de una manera convincente y natural, con problemas realistas y actitudes normales, propias su edad; no existe la pompa, estridencia ni la exageración de lo jovial, presente en otras producciones, por lo tanto no encontraremos drama innecesario, ni sub-tramas que no aportan a la narrativa. Incluso la banda sonora permite que se genere una atmosfera moderna, sin ser segmentaria. Todo esto permite que el espectador pueda conectar con los jóvenes y personajes secundarios, sin perder el foco acerca del conflicto central.
El trabajo de fotografía de Philippe Kress y Niels A. Hansen ilustra muy bien la historia, así como la naturaleza que rodea a sus participantes; aunque Edda es una ciudad ficticia, los bellos paisajes que vemos en la serie pertenecen a la provincia de Hordaland, ubicada al centro oeste de Noruega, y son aprovechados mayormente a través de tomas aéreas y planos amplios, junto al uso de tonos fríos que mantienen un ambiente misterioso. El lugar en sí es parte fundamental del relato y es tratado como un personaje más.

Al intentar crear consciencia acerca de problemas tan importantes como el calentamiento global en la televisión o el cine, muchas veces la historias pueden terminar fallando en su propósito, al explorar esos temas de una manera inadecuada, aunque en el caso de «Ragnarök» esto no ocurre. Sin caer en «propaganda» ambientalista o en lugares comunes, la serie logra generar atención eficiente hacia el costo que puede tener el «progreso» para el medioambiente, algo que ocurre actualmente en la mayoría de los países escandinavos, como en el resto del mundo, y lo hace de una forma entretenida, incorporando en la actualidad tanto los valores, como también la fantasía, de una cultura ancestral que basaba sus creencias en la naturaleza.
En cuanto a las actuaciones, prácticamente todo el elenco adulto hace una excelente labor que se expande en la segunda temporada con nuevos integrantes. Si bien los personajes están eficazmente escritos, gran parte de las interpretaciones del reparto juvenil sorprenden. El trabajo de David Stakston en el rol principal está muy bien logrado, entregando momentos en los que realmente podemos conectar con las emociones de Magne y sus conflictos como adolescente introvertido, en un mundo donde los adultos no siempre escuchan; de igual manera logra que el espectador empatice con los problemas que surgen en su viaje como héroe. Lo mismo ocurre con Jonas Strand Gravli, quien da vida al irreverente, extravagante y travieso Laurits. Su personalidad extrovertida y llena de aparente confianza sirven de contraste para el carácter de su hermano Magne, a la vez que paulatinamente expone la vulnerabilidad y atormentada existencia, propias del personaje que desarrolla.

«Ragnarök» es una serie construida para desenvolverse de manera inteligente, con novedosas ideas en el guion y un ritmo adecuado que permite generar el suspenso y tensión necesarios para la historia, junto al espacio para el desarrollo de sus personajes. La producción europea compromete al espectador con su propuesta al re-imaginar aspectos de la mitología nórdica, llevándola a nuestra actualidad de una manera más sobria, en un contexto realista y cercano. Sus 12 capítulos se pueden disfrutar de una sola vez, dejándonos expectantes por saber más. Con buenas actuaciones y una épica aventura del género de fantasía, la obra es capaz de entretener, al mismo tiempo que nos hace pensar en la importancia de cuidar el entorno natural en que vivimos.
8.5/10