Reparto: Annabelle Wallis, Maddie Hasson, George Young, Michole Briana White, Jacqueline McKenzie, Jean Louisa Kelly, Christian Clemenson, Susanna Thompson
Dirección: James Wan
Género: Horror, Thriller, Crimen, Slasher, Acción
Clasificación: +14
Duración: 1h 51m
Sinopsis: “Madison se encuentra paralizada por visiones de asesinatos espeluznantes, y su tormento empeora cuando descubre que estos sueños lúcidos son, de hecho, realidades aterradoras”. (IMDB)

En los últimos 15 años, James Wan ha contribuido con al menos tres sagas a la manera en que vemos el terror en la actualidad. Sin embargo, con «Maligno», su trabajo más reciente, el cineasta pone a prueba esas mismas convenciones que ha ayudado a crear, al incorporar en su narrativa algunos elementos característicos de las ramas más antiguas del género. En esta nueva historia, es posible ver la influencia del Cine B, los clásicos italianos y asiáticos, junto al body horror y los slashers de los 70’s y 80’s; pero dentro de un relato que se desarrolla sin ninguna evidencia de nostalgia.
Desde las secuencias iniciales, el director nos da pistas del tipo de película que vamos a ver, para luego jugar un poco con las expectativas de los espectadores al volver a su estilo habitual en las escenas siguientes. La historia sigue su curso con cierta normalidad, presentando a su protagonista e introduciendo los puntos que darán comienzo a su aventura; pero, a medida que la trama avanza, resulta cada vez más grato el darnos cuenta cómo todo se va transformando en algo mucho más complejo, ingenioso e impensado.

La increíble trama de «Maligno» hace recordar a esas extrañas películas de Cine B que encontrábamos en las estanterías de los videoclubs, obras que muchas veces se desarrollaban con un presupuesto reducido y que incluso contaban con actuaciones de mediocre calidad, aunque encantaban a los fans del género, precisamente, por esos elementos y sus bizarras premisas. La propuesta de James Wan se diferencia de todo eso gracias a sus fortalezas artísticas y de producción, entre las que se encuentra su habilidosa puesta en escena, donde el excelente trabajo de dirección y fotografía permiten elevar las temáticas del filme, poniendo a disposición de éste todos los recursos cinematográficos posibles para crear un ambiente visualmente sofisticado, que existe en perfecto balance con lo disparatado y brutal, entregando calidad y una admirable congruencia al relato.
Otro factor que aporta consecuencia a esta producción es el desempeño de Annabelle Wallis como Madison, en el rol protagónico, quien es capaz de mantener la tensión, miedo y tormento que experimenta el personaje de una manera convincente y comprometida durante toda la película, sin importar cuán extraño o irracional sea lo que ocurra a su alrededor. Dentro del elenco también destacan Maddie Hasson en el papel de Sydney, hermana de Madison, y Susanna Thompson como Jeanne, la madre de ambas. Esta última cuenta con poco tiempo en escena, pero, a pesar de eso, también contribuye a darle credibilidad a la historia con su interpretación, especialmente en uno de los momentos clave de la trama.

Desde la composición de sus escenas, la construcción de su historia, hasta la música empleada, James Wan deja en claro el cuidado detalle dedicado a esta producción; se nota el afecto por el género y, sin duda, el resultado está pensado para las audiencias que aprecian el horror más allá de lo que ofrece el medio en la actualidad. Si bien hay un par de momentos donde algunos temas se arrastran más de lo necesario, o ciertas cosas mínimas no hacen tanto sentido, sus puntos débiles no tienen que ver con la película en sí, sino que en cómo su premisa y el desarrollo de ésta pueden resonar sin problemas dentro de un nicho de espectadores. Aun así, tiende a ser confusa y hasta decepcionante para cierto público que espera un estilo más ‘serio’, o similar a los trabajos anteriores del director. Esto ya ha ocasionado una polarización entre los fans del género, e incluso dentro de los críticos, lo que, lamentablemente, ha creado prejuicios hacia la obra y le ha quitado protagonismo a la intención y creatividad de la propuesta desde su estreno.
Es por esto que, antes de visitar las salas de cine para disfrutar del filme, es recomendable ir dispuesto a pasar un buen momento, simplemente como fan del horror, tomando en cuenta las palabras de James Wan acerca de la realización de la película: «Para mí era importante tomar riesgos, no repetir lo mismo de siempre, crear una historia original, nueva y diferente, volviendo a mis orígenes». Quizás, más adelante, «Maligno» sea considerada como un ‘clásico de culto’ de nuestra era, tal como las películas que la inspiraron.

“Maligno” expone con gran destreza lo que significa tomar una premisa un tanto ‘descabellada’ para los parámetros modernos y comprometerse ciento por ciento a ella. Es una producción que, si hubiese surgido en los 80’s, ya tendría varias secuelas. James Wan demuestra su talento como director y el amplio conocimiento que posee acerca del horror, al utilizar recursos cinematográficos de alta calidad para poner en escena una historia que no esconde sus influencias, pero que evita caer en la nostalgia. El resultado es una obra altamente entretenida para los fans acérrimos del género, que ejemplifica las posibilidades del estilo sin miedo a abrazar el humor, o hasta los elementos cursis y exagerados de los clásicos; pero con un guion congruente, surgiendo como una ráfaga de aire fresco en tiempos donde los relatos de terror tienden a repetir las mismas ideas una y otra vez.
7.5/10