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Review «La Crónica Francesa»: Wes Anderson superando sus propios estándares

Reparto: Benicio del Toro, Tilda Swinton, Adrien Brody, Bill Murray, Frances McDormand, Timothée Chalamet, Léa Seydoux, Owen Wilson, Jeffrey Wright, Steve Park, Elisabeth Moss, Willem Dafoe, Edward Norton, Saoirse Ronan, Christoph Waltz, Mathieu Amalric, Jason Schwartzman, Liev Schreiber, Anjelica Huston

Dirección: Wes Anderson

Género: Comedia, Drama, Romance, Periodismo

Clasificación: +14

Duración: 1h 43m

Sinopsis: «Una carta de amor al mundo del periodismo, ambientada en la redacción de un periódico estadounidense, llamado La Crónica Francesa, ubicado en una ciudad ficticia de Francia del siglo XX, que da vida a una colección de extravagantes historias». (IMDb)

Sin perder su estilo particular, Wes Anderson también deja espacio para lo oscuro y decadente. Foto: Walt Disney Studios

La obra de Wes Anderson se ha distinguido por exponer relatos con personajes entrañables, rodeados de una estética encantadora, nostálgica y cargada de coloridos escenarios simétricos, espacios atemporales, diálogos improbables y situaciones extraordinarias que solo pueden surgir de su imaginación; elementos que, al unirse, infunden cierta ‘inocencia juguetona’ a los aspectos más oscuros tratados dentro de sus historias. Lo que hace especial a «La Crónica Francesa», es que quizás, por primera vez, podemos apreciar el real alcance y significado que pueden tener para la trama aquellos recursos visuales, característicos del director, al mismo tiempo que se nos permite explorar a sus personajes desde otra luz, menos ingenua, y, por lo tanto, aún más fascinante y sombría que en sus trabajos anteriores.

En esta oportunidad, Anderson vuelve a hacerse cargo del guion para llevar a la pantalla una idea creada en conjunto con Roman Coppola, Hugo Guinness y Jason Schwartzman. Mediante una narrativa que romantiza la idea del periodismo de revista, e inspirándose en influyentes medios escritos como The New Yorker y The Paris Review, el cineasta nos transporta al mundo de «La Crónica Francesa», una publicación que realiza reportajes acerca de temas tan variados como política, arte, vida urbana o comida. Aquí conocemos a su equipo de excéntricos reporteros, liderados por su editor en jefe, Arthur Howitzer Jr. (Bill Murray), quienes, a través de cuatro extraordinarios artículos, nos presentan las bases e hilo conductor para el desarrollo de la cinta.

Arthur Howitzer, Jr. (Bill Murray) se encarga de organizar el dinámico proceso creativo de La Crónica Francesa. Foto: Walt Disney Studios

Una de la particularidades de esta producción es el eclecticismo presente en cada fragmento. A través de una estructura inquieta y un ritmo sincopado, casi frenético, la película demanda la atención del espectador, sin espacio para muchas pausas. Existen saltos de tiempo abruptos, junto a otros elementos cinematográficos, que fluctúan de forma constante, ayudando a construir una dinámica lúdica y ejecutada con precisión. También encontramos interacciones entre narradores, periodistas y los sujetos de cada crónica dentro de una misma escena, o fuera de esta, entrelazando historias. Todo esto otorga mayor sustancia a los eventos presentados; pero, a pesar de la velocidad exhibida, no se descuida el desarrollo apropiado de sus protagonistas. De esta forma, la cinta es capaz de llevar a su audiencia por un viaje que le obliga a conectar con cada aventura de manera integral.

En el reparto de «La Crónica Francesa», encontramos un abanico de estrellas consolidadas y talentos de peso, tanto colaboradores frecuentes de Anderson, como otros ocasionales y algunos nuevos. Es un agrado presenciar el desempeño absolutamente comprometido de cada intérprete, mientras dan vida a sus peculiares personajes llenos de carisma. Si bien todo el elenco es memorable, dentro de éste se destaca el trabajo de Frances McDormand, quien es fantástica en el capítulo «Revisiones de un Manifiesto», logrando que, con su participación, olvidemos los pequeños puntos débiles de aquella historia. En «El Comedor Privado del Comisionado de Policía», otro de los momentos altos del filme, vemos a un sólido Jeffrey Wright. También se distinguen Adrien Brody, Tilda Swinton, Léa Seydoux y Benicio Del Toro, quienes forman parte de uno de los episodios mejor actuados y más llamativos de la película, llamado «La Obra Maestra de Cemento».

Benicio Del Toro y Léa Seydoux protagonizan uno de los segmentos más cautivadores del filme. Foto: Walt Disney Studios

El sofisticado trabajo de fotografía realizado por Robert Yeoman resulta fundamental para relatar con éxito esta historia; una ‘fabula urbana’ divida en diferentes partes y épocas, presentada con el mismo ritmo veloz de una maquina de escribir. Desde las primeras escenas nos damos cuenta que la fotografía es un personaje más, quizás, el protagonista, funcionando mucho más allá de lo estético o ambiental. En este caso, los elementos visuales actúan como un pilar que mantiene la narrativa en orden, construye las diferentes aventuras que vemos en pantalla, simboliza materiales y ayuda a comunicar los diálogos. También se aplica para representar las emociones y ánimos de los participantes de cada segmento, siguiéndolos y adaptándose a ellos constantemente.

Con el mismo ánimo acelerado, propio de la crónica, que permanece durante toda la cinta, se muestran repentinos cambios de planos, texturas, iluminación y paletas de colores. Se aprecian lúdicas posiciones de cámara y hasta una fluctuación en los formatos al pasar de cuadrado a widescreen, de color a blanco y negro, o de acción a animación, a veces, en una misma secuencia. Todo esto se pone en práctica de una manera mucho más sólida, variada y significativa para la trama, en comparación a otras películas del director, aportando un sentido de profundidad y delicadeza artística a la producción.

En «La Crónica Francesa», el trabajo de fotografía juega un rol esencial para el desarrollo de cada historia. Foto: Walt Disney Studios

Hay una frase que Arthur Howitzer Jr., el personaje interpretado por Bill Murray, repite como consejo a sus reporteros cada vez que se embarcan en el desarrollo de una crónica: «solo trata de hacer que suene como si lo hubieras escrito de esa manera a propósito», y eso es, justamente, lo que parece hacer Wes Anderson en este filme, ya que, en vez de solo repetir su fórmula o hacer algo completamente nuevo, decide extrapolar su estilo para llevarlo a un nivel mayor, superando sus propios parámetros, dejando clara su identidad como cineasta y, de paso, demostrando un grado de evolución que se basa en la experiencia.

Aunque la premisa de esta producción obliga a que el relato se desarrolle con cierto frenesí y estructura un tanto caótica, resulta fascinante descubrir la elegancia artística y hábil determinación con las que se desenvuelve cada segmento. A pesar de la ‘vorágine’, las historias se sienten mejor pensadas, organizadas con cuidado y tratadas con una impresionante sensibilidad, manteniendo la coherencia de la propuesta. De todas maneras, solo uno de los episodios parece sentirse un tanto superficial, en comparación al resto, pero se sostiene en su protagonista. Además, estas aparentes ‘micro fallas’ también dan la impresión de estar ahí a propósito, por lo tanto, hacen sentido.

Es probable que, para algunos, lo expuesto en la cinta sea considerado como una ‘sobre indulgencia’, pero, lo que parece ser ‘exagerado’, en realidad es el lenguaje cinematográfico del realizador, funcionando en su máxima expresión, para acentuar el fondo por encima de los formatos estéticos, sin perder nada de aquel ‘encanto’ que tanto gusta a sus seguidores. Probablemente, «La Crónica Francesa» es la mejor película de Anderson hasta la fecha, o, al menos, sirve como una especie de manifiesto acerca de su manera de contar historias desde hoy hacia el futuro.

Lyna Khoudri, Frances McDormand y Timothée Chalamet en el fragmento «Revisiones de un Manifiesto». Foto: Walt Disney Studios

«La Crónica Francesa» hace un homenaje al periodismo de revista mediante una serie de historias extraordinarias que se presentan en el mismo ritmo dinámico y acelerado de una sala de redacción. Wes Anderson establece y solidifica su estilo, elevándolo al máximo con absoluta seguridad y sensibilidad cinematográfica. El director utiliza todos sus recursos visuales característicos, pero de una manera mucho más sofisticada, donde la fotografía y lo estético participan como un personaje más, enfatizando el contenido de la narrativa y sus personajes por sobre la forma. Sus excéntricos protagonistas viven y exponen relatos cargados de aventura y situaciones increíbles, donde también se pueden apreciar temas más oscuros que los explorados en sus trabajos anteriores. A esto se le suman una serie de referencias a los medios en los que se inspira, lo que invita a ver la película más de una vez. Sin duda, esta producción es una de las mejores logradas del cineasta.

10/10

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