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Review «El Hombre Del Norte»: La brutal epopeya vikinga de Robert Eggers rebosa de excelencia

Reparto: Alexander Skarsgård, Anya Taylor-Joy, Claes Bang, Ethan Hawke, Nicole Kidman, Willem Dafoe, Oscar Novak, Björk

Dirección: Robert Eggers

Género: Acción, Thriller, Drama

Clasificación: +14

Duración: 2h 16m

Sinopsis: “Tras el asesinato de su padre, Amleth, un joven príncipe vikingo, se decide a vengar su muerte”. (IMDb)

Destino, venganza y magia son algunos de los temas principales en «El Hombre del Norte». Foto: Universal Pictures

«El Hombre del Norte», la más reciente producción del cineasta Robert Eggers («La Bruja», «El Faro»), explora un fragmento de la cultura ancestral nórdica de Islandia. Con un guion escrito por el mismo Eggers, en conjunto con el poeta islandés Sjón, el realizador consigue crear un épico relato lleno de sangre, traición y venganza, llevado a la pantalla como nunca hemos visto antes, utilizando su particular estilo. Es tal el nivel de calidad, detalle y compromiso que podemos apreciar en este filme, que sería natural suponer una afición de Eggers por esta cultura, sin embargo, el director señaló en una entrevista con Digital Spy que, antes de este proyecto, nunca se sintió atraído por la cultura vikinga, debido al machismo con el que normalmente se le asocia, junto a la apropiación indebida de algunas de sus costumbres e ideas por parte de ciertos grupos políticos, pero que todo esto cambió cuando viajó a Islandia. Al llegar, se sintió tan conmovido e inspirado por sus paisajes, que decidió leer algunas de las antiguas sagas vikingas de ese país, descubriendo así que aquella cultura era diferente a la impresión que tenía, ya que estaba colmada de contenido de valor y que, por lo tanto, debía adaptar al cine cuanto antes.

Si bien existen muchas fábulas nórdicas, la historia elegida por Robert Eggers puede ser una de las más importantes, ya que, incluso, sirvió de inspiración para «Hamlet», la célebre obra de William Shakespeare. Con una premisa bastante sencilla y directa, ubicada en el siglo X, «El Hombre del Norte», nos cuenta la inquietante y oscura aventura de Amleth un príncipe vikingo, único heredero del Rey Aurvandil ‘Cuervo de Guerra’ (Ethan Hawke). Luego del asesinato de su padre, jura venganza contra su tío, responsable de destruir su reino, usurpar su trono y todo lo que más amaba.

El pequeño Amleth (Novak), príncipe de Hrafnsey, junto a su familia, el Rey Aurvandil (Hawke) y la Reina Gudrún (Kidman) Foto: Universal Pictures

Desde un comienzo, podemos ver que Amleth y su familia viven en un mundo hostil, sin embargo, el inocente entusiasmo del pequeño príncipe no parece afectado por aquella realidad; la dinámica familiar se nos muestra como armoniosa y con suficiente afecto, Amleth es muy querido por su padre y ambos comparten una conexión especial, de igual manera, su madre, Gudrún (Kidman), transmite toda la nobleza y gracia propias de una reina. Pero, muy pronto, la vida de todos cambia drásticamente, cuando la tragedia llega al reino de Hrafnsey a manos de la traición de Fjölnir (Bang), hermano ilegítimo de Aurvandil.

Algo que hace especial a esta producción es su narrativa, ya que la historia está contada por capítulos, al igual que un cuento, permitiendo que se desenvuelva de una manera similar a la lectura de un libro, pero adaptada, magistralmente, en formato audiovisual. Cada ‘episodio’ está pensado cuidadosamente para entregar contexto, presentar personajes y explorar etapas específicas que van sumando peso a cada acción, con sus respectivas consecuencias y giros. Todo esto es desarrollado a través de los extraordinarios recursos cinematográficos entregados por Robert Eggers. De esta forma, podemos comprender lo que cataliza las motivaciones para la aventura del héroe protagónico, al mismo tiempo que lo acompañamos en su viaje y transformaciones, comprometiendo emocionalmente al público de principio a fin.

Amleth atravesará un oscuro viaje en su búsqueda de venganza. Foto: Universal Pictures

Otro de los elementos estrella de esta producción es su puesta en escena, y es aquí donde el trabajo de Jarin Blaschke como director de fotografía, resulta clave. Mediante una labor elegante y absolutamente fuera de serie, Blaschke utiliza con maestría las técnicas de iluminación y paleta de colores, junto a movimientos y planos de cámara específicos para representar eficazmente todas las ideas y emociones que Eggers desea transmitir. En este sentido, ambos directores unen fuerzas, colaborando en completa sintonía, para crear un balance perfecto entre mitología y realismo, incorporando lo fantástico dentro de la cruel precariedad, sucia y violenta, del diario vivir de los protagonistas. A esto se une el elemento de la naturaleza y sus paisajes como parte de aquel misticismo, provocando que el espectador pueda sentir como si las montañas y parajes fueran, realmente, seres vivos ancestrales que han sido testigos, por siglos, de lo más brutal de los instintos humanos; pero que también cuentan con una imponente y poderosa presencia, colmada de magia, con la que participan activamente dentro del relato.

El aspecto estético nuevamente converge, de manera extraordinaria, con lo narrativo, en la forma en que se representa lo sobrenatural y espiritual, factores que son esenciales para la trama. Eggers consigue mostrar las creencias, ritos y experiencias místico-psicodélicas, propias de la cultura nórdica, manteniendo una consecuencia respetuosa con los credos y cosmovisión de sus integrantes, pero retratando aquello de una manera aterrizada y comprensible para el espectador, alejándose así de la fantasía y, a cambio, entregándole validez a lo cultural y folclórico dentro de la realidad. Es, justamente, esta visión del mundo, compartida por los protagonistas, la que nos ‘habla’ constantemente desde la pantalla. Todo esto es logrado por el cineasta sin perder su sello característico, es más, es en estas secuencias, donde el realizador aprovecha de dar rienda suelta a la faceta más artística de su estilo.

La sensibilidad artística de Eggers y la fotografía de Blaschke se unen para integrar lo espiritual en el mundo real. Foto: Universal Pictures

Más allá de los poderosos recursos visuales y narrativos con los que cuenta este filme, también es importante mencionar el excelente diseño de sonido, creado por Jimmy Boyle y Damian Volpe, ya que permite transportarnos directamente al centro de los acontecimientos. De igual manera, la épica banda sonora, compuesta por Robin Carolan y Sebastian Gainsborough, logra infundir los ambientes con la tensión, oscuridad y dramatismo precisos, para elevar, aún más, el impacto de la experiencia en todo momento.

Las escenas de acción son obligatorias en cualquier historia acerca de la cultura nórdica, sin embargo, en «El Hombre del Norte» no veremos aquellas típicas batallas que, normalmente, se presentan dentro del genero, y eso resulta absolutamente refrescante. En este caso, la exaltación se compone tanto de espectaculares momentos de lucha, como también de otras instancias, bastante variadas entre sí, aunque igual de sanguinarias, crueles, viscerales y siniestras. En todas ellas el desempeño del elenco es clave, donde la conexión con el instinto animal humano, el enfoque en conseguir el objetivo, o sobrevivir, se convierten en el centro. Y, tal como ocurre con la representación de lo espiritual, la violencia y la muerte son tratadas con la misma sensibilidad estética y técnica por parte del director, muchas veces siendo capaz de dejar boquiabiertos en asombro a los más cinéfilos.

Dentro de los momentos de acción, cabe destacar una secuencia de combate extensa, filmada sin cortes y que se terminó en solo 2 o 3 tomas, gracias a la precisión coreográfica lograda por parte de todo el equipo, lo que resulta admirable desde el punto de vista cinematográfico. El tratamiento del factor acción en esta película, no solo se desarrolla de manera realista, tensa, intimidante y brutalmente sangrienta, sino que también permite entregar segmentos que impresionan por su creatividad artística, al mismo tiempo que elevan la adrenalina y la respuesta emocional del espectador.

Humano y bestia se vuelven un solo ser en el camino hacia el encuentro del propio destino. Foto: Universal Pictures

Robert Eggers demuestra un real compromiso y afecto por el proyecto, ya que sus decisiones como director y co-escritor hacen posible que cada elemento de la producción esté funcionando, siempre, de manera idónea a favor del contenido; desde el guion, fotografía, sonido, música, efectos visuales, hasta el detalle puesto en la creación de los ambientes, son todos recursos que están, ciento por ciento, en servicio de la historia y sus personajes. En ese sentido, las sólidas actuaciones presentes en «El Hombre del Norte» son las que terminan de ‘completar’ aquel círculo colaborativo.

Y es que el filme cuenta con un elenco estelar, donde Ethan Hawke, Claes Bang, Anya Taylor-Joy, Nicole Kidman, Willem Dafoe, Björk e, incluso, el pequeño Oscar Novak (como Amleth niño), entre otros, realizan un trabajo memorable, aprovechando cada segundo en escena y provocando emociones variadas en los espectadores; aquí nadie pasa desapercibido. El nivel de calidad actoral es uno de los pilares de esta producción y es un elemento que puede llenar de satisfacción a la audiencia, a medida que ésta lo ve desplegándose en la pantalla. Sin embargo, quien sobresale entre todo el reparto es, sin duda, Alexander Skarsgård, en el rol protagónico. Su compromiso es completo, tanto físico como emocional, a un nivel que denota absoluta entrega y dedicación hacia el personaje. Esto hace sentido, ya que el actor explicó, en una entrevista para Total Film, que este papel había sido el más demandante, pero también el más satisfactorio de su carrera. Así mismo, Robert Eggers indicó en el medio Digital Spy que Skarsgård siempre había querido hacer una película de vikingos y que lo había intentado, en serio, durante 10 años. Afortunadamente, ese sueño se hizo realidad con «El Hombre del Norte», donde el actor sueco pudo regalarnos una interpretación que no se olvidará fácilmente

Alexander Skarsgård muestra la interpretación más sobresaliente de su carrera en «El Hombre del Norte». Foto: Universal Pictures

La narrativa y puesta en escena de Robert Eggers en «El Hombre del Norte» convierte a esta saga vikinga en una verdadera experiencia cinematográfica, de esas que deben ser vistas en la pantalla más grande que podamos encontrar y que dan ganas de volver a ver. El director nos presenta un épico relato de venganza, sin puntos débiles, donde lo brutal, cruel, sangriento y emocional converge en perfecta armonía con lo místico del folclore nórdico y la dura realidad del periodo histórico en el que se basa. Aquí, todos los recursos son aprovechados con maestría, construyendo el escenario ideal para que cada una de las actuaciones de su memorable elenco brillen con libertad. Es una producción absolutamente sólida que llena todas las casillas y que, probablemente, sea la mejor obra del realizador hasta el momento.

10/10

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