Reparto: Daisy Edgar-Jones, Garret Dillahunt, David Strathairn, Harris Dickinson, Eric Ladin, Taylor John Smith, Michael Hyatt, Ahna O’Reilly, Luke David Blumm, Sterling Marcer Jr., Blue Clarke, Jojo Regina
Dirección: Olivia Newman
Género: Drama, Crímen
Clasificación: +14
Duración: 2h 04m
Sinopsis: “Una mujer que se crió en los pantanos del sur profundo se convierte en sospechosa del asesinato de un hombre con el que una vez estuvo involucrada”. (Filmaffinity)

Este jueves 08 de Septiembre llega a los cines del país «La Chica Salvaje», película basada en la exitosa novela homónima de Delia Owens, publicada en 2018. Un best-seller literario que no estuvo exento de polémica y que aún guarda cierto misticismo a su alrededor, no solo debido a las múltiples similitudes entre la protagonista y la escritora, sino también a lo similares que son los eventos de su novela con algunos incidentes ocurridos en Zambia durante su estadía en el país, lo que llevó a muchos a pensar y teorizar que aquello que fue presentado como una poderosa ficción, también podría guardar ciertos matices autobiográficos. Fuera de la infundamentada especulación, la novela resultó contener entre sus páginas una historia cautivadora, con una protagonista fuerte y sumamente bien construida, envuelta en un misterio intrigante, que suscitó en los realizadores de la pantalla grande una imperativa necesidad de llevarla al cine. Así es como llega esta película, dirigida por una relativamente novata pero prometedora Olivia Newman y protagonizada por la cada vez más brillante Daisy Edgar-Jones.
La película se mueve a través de dos temporalidades que se van intercalando según la narración lo requiera. Por una parte tenemos la aparición de un cadaver en los pantanos de Carolina del Norte, muerte que es prontamente adjudicada a ‘La Chica Salvaje’, una joven de los pantanos que ha crecido alejada de la civilización y a la que se le ha construido toda una reputación en base a rumores y leyendas. El eje central de esta temporalidad vendría a ser la resolución del misterio a través de los tribunales. Por otra parte, tenemos una especie de biografía cronológica respecto a la verdadera vida de la Kya, a quienes todos conocen como ‘La Chica Salvaje’; un segmento que nos muestra su vida desde muy temprana edad y cómo fue construyendo su propio destino a través de los pantanos hasta ser acusada del crimen.

La película logra enganchar desde sus primeros minutos, tomando la sabia decisión de abrir con el descubrimiento del cadaver de Chase Andrews, un popular joven del pueblo que ha muerto de manera inexplicable. Lamentablemente, todo el revuelo causado por este crimen se va desvaneciendo lentamente una vez que la película decide pasar al segundo segmento. La historia de Kya se extiende por largo rato, haciendo olvidar al espectador la trama que dio inicio a toda esta revisión de momentos del pasado, una revisión que, por lo demás, se siente algo perdida en cuanto a intenciones y que no logra establecer demasiado bien la relaciones interpersonales que servirán para justificar decisiones futuras o, simplemente, dar mayor fuerza a los eventos que están ocurriendo en lo que podría llamarse ‘presente’ de la película. Hay una falta de sustancia en algunos casos, que crea cierto desinterés en lo que está sucediendo en pantalla y resulta algo lamentable, puesto a que hay conceptos y personajes que estaban abiertos a ser mucho más profundos e impactantes, si es que la película se hubiese centrado más en ellos a costa de sacrificar algunas escenas o subtramas que, ciertamente, no añaden tanto.
Existe una particular división de recepción entre el público que ya pudo disfrutarla y la crítica especializada. Una discordancia que se puede explicar debido a la alta fidelidad con la que se ha adaptado el material original a la gran pantalla, algo que los lectores y seguidores siempre agradecen, pero que, en este caso, podría describirse como la mayor causa del problema expuesto anteriormente. Los libros y las películas son medios que pueden ser similares, pero que ocupan recursos y requieren tratamientos narrativos un poco distantes, lo que funciona en una novela no siempre lo hará en una película, y es por eso que todos los detalles y pormenores en la vida de Kya pudieron aportar enormes cantidades de capas y matices en el material original, pero en una adaptación cinematográfica, no todo puede esta allí, hay un tiempo que llenar y cosas que priorizar en pos de un relato fluido.
A pesar de todo, la película tiene más virtudes que defectos. Daisy Edgar-Jones, que se dio a conocer al mundo con la entretenidísima «Flesh», presenta una interpretación increíblemente poderosa, apoderándose del personaje para encantar al público con su determinación, su manera de ver el mundo y de enfrentarlo, su rol es convincente incluso cuando el mundo en el que se mueve se ve demasiado pulcro como para ser descrito como salvaje. El resto del reparto cumple su función, pero ninguno brilla tanto como la protagonista, ninguno logra conectar tanto con el espectador como Kya, y quizás eso no es un defecto de por sí, pero se siente que aquellos que forman parte de su viaje pudieron ser descritos con un poco más de profundidad, nuevamente, si es que se sacrificaban algunas escenas algo reiterativas.

Por otra parte, la fotografía y el trabajo de sonido logran sumirnos de manera efectiva en los misteriosos, pero hermosos paisajes que nos regalan los pantanos. Buena porción de las escenas contienen imágenes preciosas que podrían ser fácilmente enmarcadas y que sin duda alguna marcan uno de los puntos más fuertes de esta experiencia audiovisual, que ha sido configurada de manera sublime por su directora y equipo. El departamento de arte y vestuario sería el único al que habría que darle cierta reprimenda por, primero, la extraña pulcritud que existe en este universo, algo que parece contradecir un poco el concepto principal de la película, y, segundo, ciertos elementos fuera de la temporalidad que intenta establecer la película, que quiebran la verosimilitud de la misma, un pecado que para un drama histórico parece casi imperdonable.
«La Chica Salvaje» es una historia intrigante, con un mensaje potente, a la que le cuesta cobrar fuerza debido a la dispersión de su trama e intentos de abarcar demasiados detalles con el fin de lograr una adaptación fidedigna del libro que la inspiró. Un drama histórico que se cuece a fuego lento, que parte con chispa, pero que luego va perdiendo dinamismo y es sacado a flote por una más que talentosa Daisy Edgar-Jones, quien se apodera del personaje para mantener al público interesado en su evolución y el maravilloso mundo en el que se mueve, mundo construido de manera increíble por un equipo liderado, en su mayoría, por mujeres. Olivia Newman de a poco comienza a posicionarse como una promesa para el cine norteamericano y demuestra que, refinando un poco sus narrativas, su excelente dominio técnico puede ser explotado al máximo. No es de lo mejor que ha salido este año, pero sabe defenderse y vale la pena ser vista.
6,5/10.