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Review «Huesera»: El lado oscuro de la maternidad

Reparto:  Natalia Solián, Alfonso Dosal, Mayra Batalla, Mercedes Hernández, Aída López, Sonia Couoh, Enoc Leaño, Martha Claudia Moreno

Dirección: Michelle Garza Cervera

Género: Drama, Terror, Suspenso

Clasificación: +14

Duración: 1h 37min

Sinopsis: “Valeria lleva mucho tiempo soñando con ser madre. Tras enterarse de que está embarazada, espera sentirse feliz, pero algo no está bien”. (IMDb)

El entusiasmo de la pareja protagónica, Raúl (Dosal) y Valeria (Solián), ante su esperado embarazo tomará un rumbo inesperadamente siniestro. Foto: XYZ Films

«Huesera», el debut cinematográfico de la directora Michelle Garza Cervera, llega a las salas nacionales este 30 de marzo. La producción mexicano-peruana ha gozado de un éxito moderado desde su estreno original en 2022, obteniendo diez nominaciones y siete premios en varios festivales de cine (incluyendo Sitges, Tribeca y Torino, entre otros), lo que ha generado cierta expectativa y curiosidad acerca de su propuesta. Y con justa razón: si bien el cine mexicano cuenta con cintas de calidad, sus producciones de horror o thriller no han logrado resultados completamente satisfactorios en los últimos años.

Sin esconder sus influencias, Michelle Garza presenta un relato de horror audiovisual cohesivo, intrigante y estético, que sorprende gratamente al señalar, de manera directa y fidedigna, los conflictos que conlleva la maternidad dentro de la sociedad mexicana, algo que también resonará en el público latinoamericano en general. Su fresca propuesta se compone de una narrativa que explora varias capas temáticas con las que es posible empatizar, mientras conocemos a su protagonista, Valeria, una joven de aproximadamente 30 años, cuyo mayor deseo es ser madre. La película introduce el aspecto religioso en la historia para hacernos ver lo difícil que ha sido para Valeria concebir un hijo junto a Raúl, su pareja. Pero, una vez que ese esperado embarazo por fin llega, somos testigos de cómo la felicidad de Valeria va bajando paulatinamente de intensidad, al mismo tiempo que una siniestra figura sobrenatural comienza a atormentarla sin explicación.

El excelente trabajo de actuación realizado por Natalia Solián nos hace percibir cada detalle del viaje emocional de Valeria, desde un sutil auto-cuestionamiento e inseguridad que intenta descartar con timidez, hasta el punto más catártico y extremo por el que pasa, comprometiéndose físicamente por completo. La sensación de angustia de Valeria parece aumentar con cada interacción, y es por esto que la cinta se toma su tiempo para presentar al resto de los personajes que la rodean, junto a las bases en las que se desarrollarán sus conflictos. Aunque a simple vista lo parezca, el estado de embarazo en sí no es realmente lo que provoca el sufrimiento de Valeria, independientemente de los molestos cambios inherentes que este conlleva, pues la narrativa nos hace entender que estar embarazada es el hecho que ocasiona una serie de reacciones desfavorables hacia ella, que surgen desde sus propias redes de apoyo y entorno social, quedando sola ante la natural incertidumbre que siente. Por lo tanto, es ahí donde se gesta la real crisis.

La angustia de Valeria se transforma en una pesadilla tangible. Foto: XYZ Films

Valeria es constantemente puesta en duda por su madre, su hermana y padre, encontrando algún grado de refugio solamente en su tía, quien tampoco cumplió las expectativas de una mujer ‘normal’ dentro de la familia. Las preocupaciones expresadas por la protagonista son disminuidas con frecuencia, su relación de pareja cambia y es tratada de incompetente, enferma o loca ante los terribles miedos que enfrenta. Todas estas opiniones y trato del resto de los personajes hacia ella se justifican por el supuesto bienestar del bebé que viene en camino, que es lo único que realmente importa, provocando que Valeria pase a un segundo plano, llegando a cuestionar su propia identidad y valor como mujer.

Además de tratar temas como el machismo, la cultura dentro de la familia mexicana, las diferencias entre clases o las expectativas sociales hacia las mujeres ante la maternidad, entre otras ‘capas’, «Huesera» explora la pérdida de la identidad propia al esperar un hijo y ser madre, un tema que no es tratado con tanta frecuencia en el genero a nivel latinoamericano, enriqueciendo la trama aún más. No es solo el cuerpo de Valeria el que está sufriendo cambios, también es ella misma; la vemos sacrificar todo lo que le apasiona, incluida la actividad a la que se dedica, por el bienestar de su bebé. Esto también provoca que comience a recordar su pasado, sus amistades, gustos y todo lo suyo que dejó atrás con el paso del tiempo, ocasionando una crisis existencial que se suma a sus demás conflictos.

Dudas existenciales, aislamiento y perdida de la identidad propia rodean el embarazo de Valeria. Foto: XYZ Films

A pesar de contar con un comienzo bastante pausado, el ritmo del relato va progresando positivamente, de a poco, dando como resultado una historia que se desarrolla a ‘fuego lento’, pero que avanza hasta arrasar con todo. Es más, sin ánimo de comparar y guardando las proporciones, «Huesera» se acerca más a la línea del horror psicológico de cintas como «El Bebé de Rosemary», «Posesión» o, incluso, «Eraserhead» (que habla sobre la angustia de la paternidad). Por lo tanto, aunque contiene escenas espeluznantes, llenas de horror y construidas con una atmósfera de tensión excelente, la producción se desenvuelve como un drama existencial, oscuro y reflexivo, más que como una película para ‘saltar de miedo’, lo que se agradece.

«Huesera» cuenta con una fotografía sofisticada y estéticamente agradable, donde su realizadora está siempre consciente de sus intenciones al usar una paleta de colores precisa y vibrante, en servicio de cada escena. Esto se suma al trabajo de cámara que se ajusta perfecto a los mensajes y emociones que el filme desea transmitir. También cabe destacar el excelente diseño de sonido, que juega un rol central en la construcción de la atmosfera inquietante del filme y además resulta fundamental para lograr estremecer al espectador. La banda sonora, con canciones del estilo post-punk, es clave para acercarnos a la personalidad de Valeria, y sirve para conectarnos con su pasado alternativo, junto a los sueños que ésta tenía de adolescente. También es grato ver la inclusión de bandas locales del genero dentro de la película, mientras la música de grupos como Décima Víctima y Las Ánimas del Cuarto Oscuro se oye de fondo.

Otro elemento que enriquece culturalmente a esta producción, es la manera en que se representan la creencias. Aquí la santería y la fe cristiana coexisten en la misma realidad. Da gusto ver a las ‘brujas urbanas’ retratadas con fidelidad, recordándonos el poder de lo femenino y la colaboración conjunta entre mujeres. El elemento mágico también sirve para mostrar la conexión que Valeria mantiene con sus orígenes, mientras pasa por conflictos de existencia e identidad. Aunque ahora la protagonista pertenezca a una clase media, es en las creencias con las que creció en su barrio humilde donde encuentra mayor refugio. Este nexo hace sentido para el desarrollo de su personaje y permite mantener el relato arraigado en el entorno idiosincrático mexicano, ya que son justamente las personas de estratos sociales bajos quienes acuden a la hechicera local ante dudas, dolencias, sospechas y situaciones inexplicables. Además, los ritos mágicos juegan un rol importante en el desenlace de la historia y, gracias a esto, la directora nos puede entregar un grupo de escenas, que, en su conjunto, componen las secuencias más fabulosas de toda la película, a nivel audiovisual.

En esta producción, lo cotidiano coexiste con lo sobrenatural Foto: XYZ Films

«Huesera» se atreve a explorar los aspectos más oscuros que rodean la experiencia de la maternidad, exponiéndolos mediante una pesadilla a ojos abiertos que pone en evidencia las angustias, presiones sociales, físicas y psicológicas que una embarazada primeriza puede enfrentar; mientras se apoya en el legado de obras clásicas del cine de terror que han representado esta temática. Todo esto, existe inserto dentro de la cultura mexicana y latinoamericana, donde el machismo, las expectativas y validación hacia las mujeres se apoya en la formación de una familia tradicional como norma generalizada. Asimismo, dentro de esta realidad social, tanto la fe religiosa, la magia y lo sobrenatural conviven en un mismo plano. La directora presenta un relato poderosamente femenino, espeluznante y culturalmente enriquecido, que deja ver las luchas internas de su protagonista y el impacto que todo ello ocasiona en sus relaciones, además de hacer un comentario asertivo acerca de la perdida de la identidad, derrumbando así las ideas románticas acerca de ser madre.

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