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Review «Paint»: Una obra que se queda en el bosquejo

Reparto:  Owen Wilson, Michaela Watkins, Stephen Root, Ciara Renée, Elisabeth Henry, Paul Kosopod, Sonia Darmei Lopes, Ryan Czerwonko, Aidan T.K. Baker, Wendi McLendon-Covey

Dirección: Brit McAddams

Género: Comedia

Clasificación: +13

Duración: 1h 36m

Sinopsis: “El talentoso Carl Nargle ha estado presentando su propio programa de pintura en la televisión pública de Vermont durante décadas. Su arte cautiva y ha atraído la atención de muchas mujeres a lo largo de los años, especialmente de las que trabajan en la estación”. (FilmAffinity)

Owen Wilson interpreta a Carl Nargle, un pintor inspirado en la figura de Bob Ross. Foto: IFC Films

La nueva película del cineasta Brit McAdams, toma prestada la imagen del póstumo Bob Ross y transforma a Owen Wilson en una pequeña celebridad local de Vermont con un gran afro, acompañado de una voz tranquila y suave. Su look y carrera como pintor televisivo es donde las similitudes acaban y dan inicio al personaje de Carl Nargle, quien tras las cámaras revela ser un mujeriego y narcisista, lo que contrasta con su querida personalidad pública que ha sido parte fundamental de la cadena BBC por años. Sin embargo, su pequeño imperio se ve amenazado con una joven y mejor artista que llega al canal para mejorar los ratings.

Con un rodaje que se llevó a cabo en veinte días, la producción independiente de bajo presupuesto de McAdams se realizó acatando las normativas para grabar en tiempos de COVID-19. Muchas expectativas rondaban la película basada en el pintor de TV con una voz capaz de apaciguar a toda audiencia y la elección de McAdams sin dudas diverge de la ruta clásica que han tomado otros biopics contemporáneos, acercándose a lo que realizó Valérie Lemercier con Celine Dión al optar por un tono comedido y surrealista; la idea de tomar a un querido icono y mostrar un supuesto que juega con la idea de un carisma sintético.

Otras libertades artísticas se toman respecto al tiempo en que se desenvuelven los hechos del filme. Vermont es un lugar plácido que parece mantenerse igual a pesar del paso de los años, con una variedad de coloridos y peculiares personajes de una pequeña localidad se vuelve el espacio ideal para sumir a la audiencia en una incierta temporalidad. Un popurrí de décadas se despliega en pantalla, desde el vestuario setentero de la celebridad local Carl Nargle, un claro indicio de una pausa en su desarrollo en todo sentido, hasta una banda sonora con hits de la misma década, sumados a otras canciones que rondan la época del 2008 y añaden a la confusión al periodo representado en pantalla.

Ciara Renée interpreta a Ambrosia, el nuevo talento de la TV en Vermont. Foto: IFC Films

Un punto a favor es su estética, con una paleta de colores inspirada en la naturaleza, los pigmentos de paisajes de Nargle tiñen también la pantalla de azules, verdes y ocres. La fotografía y montaje apoyan la idea de backstage y el formato televisivo adquiere su propio lenguaje en cámara sin salirse de las líneas, recreando al pie de la letra el set del programa «The Joy of Painting», en donde Ross pintó cuadros por más de 31 temporadas. Por otro lado, hay una apuesta creativa en donde se visitan pasajes de los enredos sexuales de Nargle a través de una imagen difuminada, un look de ensueño que justamente habla de algo totalmente opuesto.

Por otra parte, el tono de comedia se plantea a través de chistes que carecen del planteamiento necesario para lograr un momento óptimo, el contexto no es suficiente para apoyar la idea de humor seco, por lo que se produce una disonancia entre la forma y el fondo satírico que se plantea. En la misma línea, la trama romántica y la rivalidad que anuncia la premisa tropiezan con la misma piedra al no alcanzar el desarrollo necesario que permita al público empatizar con Nargle, ya que de manera constante y a favor del humor, se deshumaniza demasiado su persona. Del mismo modo, las motivaciones de los demás personajes se quedan en un plano unidimensional, al igual que algunas caracterizaciones, que si bien apuntan a un tono sórdido, acaban por dar la impresión de incompletas.

Los elementos del filme parecen estar en una fase bruta, que no a alcanzado todo su potencial. Hay una idea que prevalece: la figura de un querido personaje que ha sido puesta en escenario de suposiciones más que desfavorables. Sin embargo, esta premisa no se ve reflejada con fuerza en pantalla y es difícil entender la forma en que se busca empatizar con el personaje de Wilson, más allá de su reminiscencia al entrañable pintor de paisajismo, pues este presenta pocas cualidades redimibles.

El equipo técnico y de producción del programa de Carl Nargle. Foto: IFC Films

«Paint» no es una película que se tome demasiado en serio, es liviana y con una búsqueda creativa de retratar un anti-biopic de Bob Ross. Pese a que sus esfuerzos se queden a mitad de camino, su cinematografía logra crear un look distintivo para un universo atemporal, con un mensaje acerca de las motivaciones detrás del arte y su creación. Si bien su historia presenta algunos problemas y disonancias para transmitir un mensaje de manera sardónica y entrañable en partes iguales, su intención se encuentra en el lugar correcto.

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