Emina Himesama, autora: “Necesitamos políticas de protección para usar las IA”

Emina Himesama y los libros Alfa vol. 1 y 2

Las ilustraciones han tomado relevancia en el mundo de la literatura. Los mangas han sido importantes catapultas de la cultura asiática hacia el resto de los continentes. Para Emina Himesama, autora e ilustradora, la globalización permitió que el arte se diversifique profesionalmente como hace años no pasaba.

En Chile, la publicación de cómics y mangas se masificó cuando las grandes editoriales comenzaron a incluirlos de manera regular en sus novedades mensuales. Autores como Paulina Palacios («Mientras Yubooh duerme»), Daniela Thiers («Alegría y Sofía») y Pía Prado («Triple Nacional»), destacan. 

En esa lista, también se suma Emina Himesana, oriunda de Viña del Mar que publicó recientemente el segundo tomo de «Alfa»: un dinámico manga que habla de inteligencia y vida artificial. En conversación con Demencia Media, la autora se explayó respecto a esos conceptos, a las formas de generar marketing hoy con el impacto de las redes sociales y la posición del manga en la literatura nacional y global.

“Estoy en contra de las inteligencias artificiales generativas. No nos hacen ningún bien en la industria. Pero creo que somos un ciclo, llegará el momento en que no solo se coleccionen cosas análogas, sino que también habrá consumo de lo novedoso”, comenta.

«Alfa» de Emina Himesama

La historia original de «Alfa» se publicó inicialmente en Webtoon. Luego de la exitosa primera temporada, la autora firmó con Editorial Planeta para publicar el inicio de la serie en tres tomos. Durante abril se publicó el segundo, que sigue la historia de Riama. Ahora, en una escena post apocalíptica que encontrará muchos giros a raíz de los avances tecnológicos: vida e inteligencia artificial son claves.

A pesar de lo anterior, la ilustradora dice estar en contra de las IA generativas, sobre todo en lo que tiene que ver con creaciones artísticas. Hay antecedentes recientes de masificación de contenido sin acreditar al creador original y, que a la vez, no les genera ningún tipo de ingreso: las ilustraciones al estilo Ghibli son el ejemplo más actual.

“Lo que pasó con Ghibli sirve perfecto para ejemplificar por qué las IA generativas son peligrosas. Por supuesto que son un avance muy grande en cuanto a tecnología, pero es extremadamente necesario que exista un control frente a quiénes las utilizan. Cuando uno sube su foto, con su rostro, a estas plataformas, alimenta un servidor con información privada, y lo que es peor: le das permiso para que use tu cara para seguir creando”, comenta.

La inteligencia artificial y el cómic

Emina Himesama explica que esta negativa se desprende de varios casos mediáticos que han expuesto malas prácticas respecto a inteligencia artificial generativa. En específico, a casos en instituciones de educación en que alumnos utilizaban estos programas para generar pornografía falsa de sus compañeras.

“Todo esto tiene que usarse como herramienta, como algo que nos simplifique la vida, pero eso no puede suceder sin las medidas de seguridad necesarias. El mal uso llega incluso a pedófilos y extorsionadores; reconozco que son casos extremos, pero han ocurrido, así que me preocupa”, agrega.

En este sentido, Himesama suma el daño ambiental que las IA causan: “Se generan muchos residuos y se gasta mucha agua para enfriar los servidores. Hay muchas cosas que me hacen estar en contra de la masa que ama las IA; es hora de que se generen políticas de protección reales, que informen y que también nos cuidemos entre nosotros”, cierra.

El manga en la literatura

El libro ilustrado se posicionó con fuerza en las librerías físicas. Hace algunos años era común encontrar estas opciones en el mundo digital, sin embargo, la explosión del papel nacional tardó un poco más en llegar. Para la viñamarina el asunto es simple: el cómic, el manga, la historia y la novela gráfica son y siempre han sido literatura del canon tradicional.

Estos debates se dan con entusiasmo frente a los géneros narrativos, posicionando muchas veces al romance o a las tramas más juveniles fuera de lo considerado de calidad; algo similar ocurría con lo gráfico que, al no poseer textos tradicionales, era rebajado por los críticos.

“En estas publicaciones hay mucha escritura. Hay diálogos, hay reglas ortográficas y de puntuación, hay que respetar las estructuras narrativas de siempre, aunque eso no pasa al producto final, porque es algo más complejo: se plantea y arma la historia y luego se transforma a ilustraciones. Tenemos que comunicar esas historias en lenguajes distintos, es difícil y requiere mucho trabajo. Debe ser valorado”, asegura. 

Por otro lado, Emina Himesama enfatiza en la importancia de la literatura gráfica para los nuevos lectores, quienes encuentran en estas historias una manera veloz y dinámica de ingresar al mundo literario: “El manga es fundamental para impulsar la lectura en las nuevas generaciones, y se está logrando”. Además, resalta la relevancia de la generación de comunidad entre los creadores de estas obras para enfrentar todos los desafíos.

El (erróneo) marketing de lo literario según Emina Himesama

Así como en casi todas las áreas del mercado, las editoriales han transportado parte de su estrategia de marketing a las redes sociales. Ya no solo se ve la publicidad habitual, que utiliza espacios físicos, si no que los algoritmos y los influencers están entrando con fuerza en la escena escrita. Para la autora, sin embargo, estas estrategias distan de estar en buen cauce.

“Es lamentable que los medios de comunicación se estén apoyando tanto en las redes sociales. Considero que es por la comodidad de no hacer la pega: ahora es un post o una storie y listo. Eso no es suficiente, el trabajo extenso de los medios es importante”, analiza.

En el argumento, expone que si bien las redes sociales tienen un éxito mundial, no toda la vida gira en torno a las pantallas. A la vez, realiza la analogía sobre la publicidad física de ir caminando por la calle y ver un cartel promocionando una hamburguesa: “Eso me da hambre, porque se siente más real. No causa el mismo efecto una imagen pequeña en mi celular”.

La escritora es crítica en este punto, cuestionando los públicos a los que se intenta llegar. Para el caso editorial, se busca la compra del libro, ya sea en formato físico, audiolibro o incluso digital, y para Himesama, el paso correcto sería apuntar a quienes tienen poder adquisitivo: “No podemos dejar toda la responsabilidad a un post de Instagram. Agradezco la difusión, pero no es suficiente, porque la gente que consume no ve muchas redes sociales”, afirma.

“Me ha pasado más de una vez que una persona sobre cuarenta años se acerca y me cuenta que supo de mi libro por verlo en vitrina, en una feria de libros o por una recomendación. Esas personas no se enteran de las novedades por redes sociales, y son las que tienen dinero para comprar, no los más jóvenes”, suma.

Sobre el futuro y el pasado

Para Emina Himesama, el camino en el mundo editorial va en ascenso. Comenta que ya está trabajando en el tercer tomo de «Alfa», que funcionará como parte final. Explica que la historia que está viendo la luz desde el papel corresponde a la primera temporada de la trama original, pero es positiva frente a la idea de seguir publicando en Webtoon.

Otros proyectos tampoco se harán esperar, ampliando el universo gráfico que la autora ha construido.  En ese sentido, cuenta que lo ideal sería seguir publicando sus historias en papel, en específico por la afición que mantiene por el libro como objeto: “Nunca he sido muy fan de la digitalización, y con muchas cosas. Crecí en una generación donde tuvimos ambas: lo digital y lo análogo, podíamos escoger. Ahora pasa que no hay elección, todo está al rápido alcance en nuestros celulares, pero sigo siendo fiel a lo tradicional. Me gusta coleccionar cassettes, vinilos y, por supuesto, libros”.

Finaliza identificando que esta digitalización aporta a una mayor competencia a la hora de publicar cualquier tipo de arte, pero que confía en la masividad del papel y en su durabilidad en el tiempo. “El libro físico nunca morirá, eso me da esperanza”, cierra.

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