Filsa: una feria literaria imperdible

Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA). Foto: Filsa. BY-NC

La Feria Internacional del Libro de Santiago, abreviada como Filsa, es una de las ferias literarias más importantes de Chile. Es un evento anual, organizado por la Cámara Chilena del Libro, asociación gremial fundada en 1950; el grupo está compuesto por empresas editoriales, distribuidoras de libros, librerías y organizaciones de venta directa. Entre los objetivos de la Cámara está fomentar la circulación, venta y difusión de contenido literario nacional, tanto dentro del país como en tierras extranjeras.

Filsa tuvo su primera edición a inicios de la década de 1980. Incluso durante el periodo de confinamiento, a propósito de la pandemia del Covid-19, esta siguió funcionando de manera online. Es por esto que en su edición 2024 se celebrará la feria número 43.

Mujer viendo libros en Filsa. Foto: Cámara Chilena del Libro. BY-NC
Filsa presenta una inmensa variedad de títulos. Foto: Cámara Chilena del Libro.

Este evento se presenta de manera presencial durante más de una semana. Desde hace varias décadas se realiza en el Centro Cultural Estación Mapocho, ubicado a pasos de la estación de metro Puente Cal y Canto.

Invitados internacionales

Una de las características de la Feria Internacional del Libro de Santiago es la presencia de un país invitado por cada edición. En el caso de 2024, será China. En versiones anteriores, destacaron las delegaciones de España, Japón, Perú y Colombia.

Esta invitación internacional permite diversificar el catálogo literario. El país en cuestión trae, además de varias autoras y autores para realizar conversatorios y actividades, algunas editoriales propias. Así, los lectores en Chile pueden nutrirse de la cultura de otro país con precios accesibles, en lo que aseguran, es una oportunidad única.

No solo libros en Filsa

A pesar de ser un encuentro enfocado en lo literario, Filsa se encarga de ser un foco cultural de diversas áreas. En sus distintas ediciones destaca por incluir también espacios musicales, de artistas chilenos. En la última década, el Museo Interactivo Mirador (MIM), también fue uno de los invitados recurrentes. 

El teatro, las artes escénicas, el cine y los géneros escriturales poco convencionales, también encuentran su espacio en Filsa. Los stands, que ascienden a casi doscientos para 2024, se componen de dos grandes grupos: por una parte, están las editoriales de cadena –Editorial Planeta, Penguin Random House, Ediciones Urano y Zig-Zag, por nombrar a algunas–, y además, las librerías y editoriales independientes también pueden asegurar un espacio en la muy visitada feria.

Stand infantil en Filsa. Foto: Filsa. BY-NC
Stand infantil en Filsa. Foto: Filsa

Un encuentro educativo y familiar

El público de Filsa es muy variado, y así es como lo quiere la organización, por lo que ha nombrado en medios últimamente. Es un espacio ideal para ir en familia, con actividades y stands para todas las edades. Géneros, idiomas y propuestas diversas se reúnen en una sola feria literaria.

Asimismo, Filsa ha sido un viaje casi obligatorio para los establecimientos educativos. Para hacer ingreso a las dependencias de Estación Mapocho durante esta actividad se requiere del pago de una entrada. En promedio, el ticket general ronda los cinco mil pesos. A la vez, hay muchas opciones de descuento: estudiantes, menores de 12 años y adultos mayores tienen un precio preferencial.

En esa línea, con la inscripción previa, vía formulario online a alguna actividad en particular, se tiene ingreso gratis por el día en cuestión. Lo mismo ocurre cuando se organiza una salida escolar. La productora del evento tiene en su página web un formulario para coordinar las visitas de cursos; estos pueden entrar gratis y tener una experiencia guiada acorde a los requisitos de cada grupo.

Los problemas de Filsa

A pesar de que Filsa se ha mantenido como un foco cultural que convoca a cientos de personas anualmente, no ha estado exenta de críticas. Antes de ingresar a la década de 2020, la organización fue fuertemente cuestionada por las editoriales de cadena. Estas alegaban una malversación de los fondos, acusando a los responsables de estar lucrando a gran escala con el fomento lector.

Esto provocó que en un par de ediciones la cantidad de stands fuera mínima en comparación a otros años. Así, la variedad de actividades y de catálogos en las tiendas fue muy reducida; por lo que incluso la asistencia del público cayó considerablemente.

A raíz de esta polémica es que surgió el Festival de Autores (FAS). Un espacio similar, pero que busca el reconocimiento no solo del producto final y de los autores, si no de toda la cadena del libro. Así, ilustradores, traductores, editores, maquetadores, personal de marketing, entre otros, también son celebrados en esta feria anual.

Durante las últimas ediciones de Filsa, pareciera que la situación se controló. Las grandes editoriales volvieron a ser parte de la instancia y la oferta se enriqueció. La próxima edición se celebrará desde el 8 al 17 de noviembre.