Reseña «Anatomía de una Caída»: La dualidad de una verdad incompleta

Captura de "Anatomía de una Caída". Foto: Diamond Films

«Anatomía de una Caída», escrita y dirigida por Justine Triet, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, dos Globos de Oro y cinco veces nominada a los premios Óscar, se estrena en salas nacionales con mucho ruido y expectativas a su alrededor.

Siendo muy posible que este aplaudido drama se lleve el galardón a Mejor Guion Original, mientras asegura una ceñida competencia en la categoría de Mejor Actriz, con Sandra Hüller representando frente a Emma Stone —«Pobres Criaturas»— y Lily Gladstone —«Los Asesinos de la Luna»—, vale la pena analizar qué lo hace funcionar tan bien, desde una noción de ‘multi-dimensión’ poco vista en el género.

Un drama donde la culpa es protagonista

La historia encuentra su punto de partida en la muerte, bajo condiciones misteriosas, de Samuel, esposo de Sandra y padre de Daniel, un niño de 11 años que luego de un accidente perdió la vista. Su caída desde el último piso de una casa abrazada por la inmensidad de un paisaje montañoso y en cierto punto desolado, es al menos, sospechosa.

Captura de la película para reseña de «Anatomía de una Caída». Foto: Diamond Films
Milo Machado Graner en «Anatomía de una Caída». Foto: Diamond Films

Esta muerte enfrentará a Sandra a un juicio sin testigos y como principal sospechosa, atrapada en un sistema judicial lleno de sesgos. La única voz que puede salvarla es la de su hijo ciego, que vivió el accidente desde una vereda con pocas certezas.

Conforme se desarrolla el juicio, conocemos la dinámica de una familia que oculta muchos conflictos, culpas y rencores. Es desde el accidente de Daniel que se forman muchas heridas —que nunca terminan por cerrarse—, alterando la química del matrimonio y arrastrándolo a ocultar verdades necesarias.

El guion que conquistó a Cannes

Como era de esperar —considerando el reconocimiento internacional que ha recibido la cinta—, el guion se presenta como una de sus principales fortalezas, por la forma en que entrega solo los antecedentes prudentes y necesarios al espectador, enfocándose mucho más en la realidad de Sandra y Daniel.

Por lo mismo, dentro de una experiencia más personal, la invitación es a no engañarse: más que un drama judicial, «Anatomía de una Caída» es un drama familiar —incluso cuando la mitad del tiempo la pasa en el juzgado—. El filme se centra mucho en lo que ocurre entre las cuatro paredes de la familia, y también de cada uno de sus integrantes.

«Anatomía de una Caída» y su potente crítica a otra forma de violencia

En paralelo a este estudio de personajes, la película se atribuye un espacio importante para proponer un diálogo sobre las formas de violencia —psicológica, emocional y con una dimensión muy machista— que puede llegar a ejercer el espacio judicial sobre las personas.

Sandra Huller en «Anatomía de una Caída». Foto: Diamond Films
Sandra Huller en «Anatomía de una Caída». Foto: Diamond Films

Existen muchos cuestionamientos y violencia hacia la protagonista. Constantemente se le tilda de mala madre, de ser una mujer que engaña, de ser una mala persona, y por tanto, de ser una asesina. Mientras todos se inmiscuyen en sus esferas personales y laborales, sin escrúpulo alguno, con tal de construir verdades que puedan hacerla culpable.

En esa dinámica, la película logra muy bien la tarea de hacer entender al espectador lo mal que se están haciendo las cosas, desde todos los cuestionamientos que se atribuyen a Sandra en su rol como persona, pareja y madre, y todas las responsabilidades que debería llenar en estas posiciones.

Por supuesto, la brillante actuación Sandra Hüller, que pone a su personaje en una posición tan desgarrada como llena de secretos, es el elemento perfecto para que la historia lleve a la protagonista donde realmente la necesita. Sin duda, el trabajo de Hüller es digno de todos los elogios que ha recibido hasta el momento.

Su único pero: la conclusión no consigue conformar

Lamentablemente, es en este discurso donde el guion encuentra limitaciones en torno a sus resoluciones, dejando en una gran incertidumbre a quien ve la película. Si bien esta sensación parece razonable bajo el argumento de la película, se aleja demasiado de una posible sensación de conformidad, apelando en exceso a la conciencia y mentalidad de cada persona.

«Anatomía de una Caída», ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Foto: Diamond Films
«Anatomía de una Caída», ganadora de la Palma de Oro en Cannes. Foto: Diamond Films

Algo similar ocurre con algunos excesos que el montaje se dio en el camino, los cuales no aportan demasiado a la dinámica de los personajes ni a la historia en sí, desacelerando el ritmo de este guion que se toma mucho tiempo para construir y justificar el actuar de sus personajes, además de sus motivos. Dentro de su intenso drama, «Anatomía de una Caída» puede llegar a sentirse algo lenta y extensa.

En contraparte, sí hay elementos dramáticos y situaciones muy bien aprovechadas, sobre todo hacia el final de la historia. El personaje de Daniel, interpretado por Milo Machado Graner en una actuación prometedora que se plaga de culpa y dolor conforme se desarrolla la historia, brinda varios de los momentos más significativos que la cinta necesita para alcanzar un ‘cierre’.

Material de Oscars

«Anatomía de una Caída» sabe guiar su historia, tono y personajes al lugar perfecto. El increíble trabajo de escritura y dirección de Justine Triet la hace acreedora de uno de los proyectos más intensos y matizados que se han visto en esta temporada de premios. Un drama que además destaca por las impecables actuaciones de Hüller y Machado Graner, y que probablemente ya es dueño de al menos, el premio Óscar a Mejor Guion.

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