El pasado 24 de mayo aterrizó en Netflix «Atlas», el nuevo proyecto de ciencia ficción del director Brad Peyton («Rampage»), protagonizado por Jennifer Lopez. Hasta la fecha ha alcanzando el puesto número 1 en la plataforma de streaming, pero ha recibido un 19% de aceptación por parte de la crítica y un 50% de la audiencia en Rotten Tomatoes.
El mismo cliché futurista
Atlas Shepherd (Lopez) es una analista de datos que no es muy amiga de la Inteligencia Artificial. Sin embargo, debe unirse a una misión para capturar a Harlan (Liu), un robot terrorista que quiere acabar con la humanidad y con quien mantiene una conexión personal.
Esta idea de un mundo futurista donde las máquinas terminan rebelándose contra su creador no es nueva, y es que películas como «Atlas» tenemos bastantes. Además, desde el momento en que sabemos que la protagonista comparte un pasado misterioso con el robot, ya sabemos hacia donde va la cosa. En ese sentido, «Atlas» se vuelve predecible durante sus dos horas de metraje.
El nuevo proyecto de Peyton se suma a la larga lista de película de ciencia ficción donde los humanos conviven con las habilidades de la inteligencia artificial, hasta el punto en que terminan siendo dominados por ella junto a los robots, pero aquí no sabemos si son amigos o enemigos.
Si bien la cinta plantea un tema que se ha vuelto recurrente el último tiempo sobre la naturaleza de la IA, sus ventajas y potenciales peligros, además de hacernos reflexionar sobre sus implicaciones éticas en torno al progreso tecnológico y correcto funcionamiento, no aporta demasiado al diálogo del presente.
«Atlas» es una película que adquiere varios elementos de otras producciones de ciencia ficción. No sería extraño sentir un auténtico Déjà-Vu al verla, con demasiados elementos de títulos como «Blade Runner», «Ex-Máquina», «Terminator» o «Her».
Un villano que deja mucho que desear
Decir que «Atlas» mantiene en todo momento al espectador pegado a la pantalla sería una mentira. Solo se salva en aquellos momentos en los que parece que estamos dentro de un videojuego y en el desenlace de esta, predecible, pero finalmente digno.
Harlan es el villano de la historia, un personaje que no tiene mucho trasfondo más allá de que odia a la humanidad por lo que ha visto, y que desea ofrecer un futuro prometedor a la especie que lo creó. Demasiado familiar para el genero.
Este personaje nos hace recordar, en más de una ocasión, a Thanos («Avengers: Infinity War»), quien buscaba la prosperidad para la galaxia buscando la exterminación de la mitad de la población, y a Roy Batty («Blade Runner»), quien deseaba vivir una vida al igual que los humanos.
Sabemos quien es la estrella
«Atlas» cuenta con grandes actores de renombre como Mark Strong («Kingsman»), Sterling K. Brown («This Is Us») y Lana Parrilla («Once Upon a Time»), pero su participación se limita a pequeños minutos en pantalla y ser meramente el motor de cierto actuar o decisión que debe tomar Atlas, y como consecuencia, falta de profundidad en el desarrollo de sus personajes. Y es que la película esta hecha para que JLo se destaque en todo momento con su personaje, que deberá embarcarse en este viaje de aprendizaje y adaptación con la IA, confiando en una de las cosas que más odia.
La interprete de «On the Floor» es acompañada por una IA en su aventura. Son ellos quienes logran cautivar, dentro de todo, a la audiencia con el viaje emocional que realizan en el transcurso de la misión. El verdadero problema es como «Atlas» flaquea al intentar cumplir casi todos sus objetivos, convirtiéndose en una más del montón.