Durante los últimos años, a Marvel Studios le ha costado cautivar el interés de los nuevos públicos, y es que tras más de treinta proyectos que incluyen series y películas, es difícil mantener una cronología que siga el ritmo de sus predecesores sin caer en tropiezos. En enero, la compañía estrenó «Echo» en Disney+, siendo esta la primera serie en incluir su nuevo sello marvelita: Marvel Spotlight.
Dirigida por Marion Dayre, Sydney Freeland y Catriona McKenzie, «Echo» llegó como un spin-off directo de «Hawkeye» (2021), con la promesa de introducirnos en el mundo callejero del MCU junto a una nueva narrativa, retomando la estética y el tono más realista centrado en los personajes, al mero estilo de las series de Netflix («Daredevil» o «Punisher»).
Moverse entre dos mundos
«Echo» se acentúa en su primer capítulo con una explosión de recuerdos que hacen un recorrido por los orígenes de Maya Lopez (Alaqua Cox), una mujer que ha sido manipulada por Wilson Fisk, más conocido como Kingpin, el causante del deceso del padre de Maya. Confirmándose, por medio de flashback, que la serie transcurre 5 meses después de los sucesos que vimos en Nueva York con «Hawkeye».
No es primera vez que Marvel busca contarnos una historia que contenga leyendas que son reales dentro de su mundo; ya lo vimos en «Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos» (2021). Desde su primer tráiler, «Echo» prometía bastante al incluir costumbres de la población nativo americana y traer nuevamente a Vicent D’Onofrio como Kingpin. Este último es quien salva la serie por la nostalgia de su personaje, porque la verdad es que el nuevo producto marvelita deja mucho que desear.
Silencios ruidosos
A lo largo de cinco episodios nos muestran cómo el personaje de Cox enfrenta diversas situaciones y peleas a través de las vibraciones, latidos y pulsaciones que va sintiendo en el momento. En el cine, estas escenas se caracterizan por contener muchos estímulos sonoros, de tal forma que el espectador olvide que está mirando una ficción para sentirse parte de ella. La peculiaridad de este elemento hace que «Echo» sea cautivadora, por momentos, al mostrarnos las habilidades de Maya de copiar los movimiento que ve.
Aunque Maya se vincula con sus ancestros y despierta sus poderes ligados a la curación para construir aquella esencia que siempre estuvo oculta, su personaje carece de profundidad –a diferencia de la actuación de Alaqua Cox–, ya que nunca sabemos con exactitud si es una heroína, villana, antihéroe o si se arrepiente realmente de lo que hizo.
Maya podría haber sido introducida al MCU de otra forma, tal vez en la próxima «Daredevil: Born Again», ya que ambos personajes comparten a Kingpin como villano. Sin embargo, queda atrapada en un producto que no termina de justificar su existencia dentro de este universo.